Manga Winged

El Principio del Fin - Capitulo 23

domingo, 20 de enero de 2013 , 0 Comentarios

Aquí estoy otra vez con un capitulo de EPF. Sin duda este es el capitulo más largo que he hecho por el momento xDD Respecto al contenido, bueno, creo que no me quedo tan mal pero en comparación con otros capítulos esta bastante por debajo, o por lo menos me da esa impresión.

En fin, voy a dejar que lo juzguéis por vosotros mismos así que espero que disfrutéis de la lectura~

Capítulo 23: Aléjate de él.

Ya era lunes otra vez y Naomi iba de camino al instituto para su primera clase de tecnología. El aire era frío y seco. Parecía que las calles estaban vacías hasta que vio una familiar cabeza de pelo verde. Zoro iba caminando con las manos en los bolsillos y los ojos cerrados hacia ella. Parecía que estaba dormido. Naomi se le quedo mirando.

-Pero este…-murmuro.- ¡Zoro!

El peliverde se detuvo y alzo la cabeza, despacio se dio la vuelta y miro a Naomi.

-Naomi…Buenas – dijo como si no pasase nada.

-¿Se puede saber a dónde vas? – le pregunto acercándose a él.

-Al instituto, a donde voy a ir – contesto el peliverde a punto de darse la vuelta para continuar su camino, pero Naomi lo detuvo.

-Zoro, el instituto esta en dirección contraria – le dijo Naomi riendo.

Zoro se puso un poco rojo y se giró para ir por el camino correcto. Los dos jóvenes echaron a andar hacia el instituto hablando de vez en cuando de cosas sin importancia. Por el camino se encontraron con Shide y Sanji, con el que Zoro empezó a pelear.

La mañana comenzó como de costumbre, divertida gracias a las tonterías que hacia Franky, pero a mitad de la primera clase a Naomi le empezó a molestar un poco la cabeza.

Al acabar la primera clase y ver que el ligero dolor de cabeza no le pasaba, si no que iba en aumento, decidió que si para el recreo le seguía molestando iría hasta la enfermería.

La clase de latín ya había comenzado y todos los alumnos estaban sentados en sus sitios, pero el profesor Doflamingo llegaba tarde.

Shide suspiro.

-¿Qué le pasa a este profesor? – Rosmo molesta.- Siempre hace lo que le da la gana.

-La verdad es que es muy raro – afirmo Naomi con la cara apoyada en el pupitre.- No me cae bien.

Un grupo de compañeros andaban jugando por la clase aprovechando que no estaba el profesor. Uno de ellos choco contra el pupitre de Naomi tirándole el bolígrafo que tenía sobre el al suelo.

-Ya podían parar quietos…- murmuro levantándose para recogerlo.

Para su desgracia en ese momento Doflamingo entro en la clase y, por arte de magia, todos los que estaban alborotando en clase estaban ahora perfectamente sentados en sus respectivos sitios, por lo cual ella era la única que estaba de pie.

Doflamingo se quedó mirándola y ella le sostenía la mirada sin saber muy bien que decir. Aquellas gafas de sol naranjas que le impedían verle los ojos la ponía nerviosa.

-Se…se me cayó el bolígrafo - dijo mostrándoselo.

-En el recreo vete a la sala de profesores – le respondió sin mirar si quiera el bolígrafo. Se dirigio hacia su mesa y una vez estuvo sentado comenzó con la clase.

Naomi fue hasta su pupitre dejándose caer en la silla con el bolígrafo en un puño.

-En definitiva no me cae bien – susurro volviendo a apoyar la cara en el pupitre. La cabeza no dejaba de molestarle y ahora más.

La clase acabo sin que Naomi se hubiese enterado de mucho.

-¿Estas bien? Estás muy pálida – le dijo Luffy riendo.

-Creo que no, mejor voy a ir hasta la enfermería – dijo colgándose la mochila del hombro con cuidado de no tocar la muñeca izquierda.

-¿Quieres que te acompañe? – le pregunto Shide.

-No hace falta, pero muchas gracias – contesto dirigiéndose a la puerta. Shide la siguió y salió con ella al pasillo.

-Oye – la llamo con voz picara, - ya me contaras el fin de semana con Trafi.

Por los pasillos había estudiantes tirados por el suelo, otros sentados en los pocos bancos que había y otros en asientos improvisados. Como en todos los institutos no podían faltar las parejitas melosas que aprovechaban los descansos para demostrarle su amor al mundo provocándoles vomitar arco iris a más de uno.

Cuanto más cerca estaba de la sala de profesores menos alumnos aparecían por los pasillos. Naomi pasó de largo la sala de profesores y continúo andando hasta la enfermería. Solo había ido hasta allí una vez anteriormente con Vivi, pero ella se había quedado fuera esperando por la peliazul. Si no recordaba mal el nombre de la enfermera era Kureha…

Con decisión abrió la puerta. La enfermería no era mucho más que una sala blanca con dos camas y un escritorio al fondo con varias estanterías con libros de medicina y un botiquín.

Sentado en frente del escritorio con una bata blanca mientras ojeaba unos papeles se encontraba… ¿Trafalgar?

-¿Law? – murmuro Naomi. ¿Qué hacia él allí?

Con el ceño ligeramente fruncido Trafalgar se separó del escritorio dejando las hojas sobre la mesa. Instintivamente Naomi fue retrocediendo a la vez que Trafalgar avanzaba hasta que su espalda toco la puerta. Mirándola a los ojos Trafalgar clavo su mano en la puerta a la altura de su cabeza.

Trago saliva. Trafalgar la miraba con cara de pocos amigos.

-Esto…Law – comenzó a hablar, pero él la interrumpió.

-¿Por qué te fuiste el otro día? – le pregunto.

-Ya me en…- comenzó a decir, pero él la volvió a interrumpir.

-Ni siquiera nos avisaste de que te ibas. ¿Y si te hubiese sucedido algo? Si me hubieses avisado podría haberte acompañado a casa – el rostro de Trafalgar se relajó mostrando una expresión de preocupación.

-L-lo siento, no era mi intención preocuparos, pero tenía que volver a casa… - le dijo Naomi sorprendida por la preocupación de Trafalgar.

-Está bien -. Trafalgar se apartó de Naomi dirigiéndose de nuevo al escritorio. - ¿Ha pasado algo?

-¿Si ha pasado algo? - pregunto Naomi sin entender la pregunta.

-¿Por qué has venido a la enfermería? – pregunto el moreno.

-¡Ah, cierto! -. Con todo aquello se le había olvidado casi por completo su dolor de cabeza.- Me ha estado molestando la cabeza durante la hora anterior, por lo que vine a ver si me podían dar algo.

-¿Te vuelve a doler la cabeza? – le pregunto Trafalgar mientras buscaba algo para darle.

-Sí, pero es molestia más que nada – le explico.

Trafalgar cogió una caja de pastillas y le hizo un gesto a Naomi para que se sentase en el taburete que estaba al lado del escritorio. Una vez sentada le dio un vaso de agua con una pastilla efervescente.

-Tomate esto.

Naomi observo como la pastilla terminaba de diluirse con el agua, ahora de un tono amarillento como la Fanta. La pastilla termino de deshacerse y Naomi se llevó el vaso a la boca.

Aquello sabia de pena. Hizo una mueca de asco una vez se acabó todo el contenido.

-¿Sabe mal? – le pregunto Trafalgar con una sonrisa de medio lado.

-Sabe a rayos – le contesto, sacando la lengua.

El moreno le recogió el vaso mientras ella se levantaba.

-Me voy, Doflamingo me ha dicho que vaya a la sala de profesores – dijo con cansancio.

-¿Doflamingo?

-Sí, tuvimos un pequeño problema en clase… Nada importante.

Con una sonrisa Naomi se despidió de Trafalgar y salió de la enfermería. Encontrarse con Trafalgar allí había sido toda una sorpresa, lo típico de una película romántica, solo que lo de ella no tiene nada que ver con una. Seria agradable poder salir con Trafalgar, conocerlo mejor e incluso llegar a probar sus labios.

Ya estaba delante de la puerta de la sala. ¿Cuántas veces habría entrado en esa sala? Quizás tenían razón y era una alumna problemática, o simplemente una chica sin suerte.

Sin darle muchas vueltas llamo a la puerta y entro. La sala estaba completamente vacía salvo por Doflamingo que destacaba sobre una mesa con su particular abrigo de plumas rosas. No era extraño verlo subido a una mesa, pero si era extraño ver que no estaba en su mesa con decoración de flamencos.

Naomi se acercó a él dejando la puerta abierta, por si acaso tenía que salir corriendo en un momento dado. -Hola, Naomi – la saludo bajándose de la mesa.- ¿Sabes? Habíamos quedado en que vendrías en cuanto tocase el timbre y te he tenido que esperar casi 10 minutos.

El ambiente ya comenzaba a ponerse extraño.

-Lo siento, profesor Doflamingo, no me encontraba muy bien así que fui a la enfermería – le explico con la vista clavada en las gafas de su profesor.

La expresión de Doflamingo cambio repentinamente. El silencio lo envolvió todo durante unos segundos.

-¿Sabías que hoy esta Trafalgar en la enfermería? – le pregunto acercándose a ella.

-No lo sabía hasta que me lo encontré allí – contesto observando como Doflamingo avanzaba hacia ella lentamente.

-Volviendo al tema principal, hacer esperar a un profesor es una falta de respeto.

-Ya le he explicado porque he llegado tarde -. Poco a poco iba poniéndose más nerviosa. Si lo que quería era castigarla que lo hiciese ya y se dejase de juegos.

-No me valen tus excusas. Yo quería hacer esto por las buenas – dijo suspirando. Ahora Doflamingo caminaba alrededor de Naomi mientras hablaba.- Te aseguro que yo quería dejar esto en un simple toque de atención, pero me has defraudado…

La expresión de Doflamingo había cambiado a una de puro placer.

-Así que he decidido castigarte, por el momento acércate hasta aquí a la salida, entonces te diré lo que tendrás que hacer – Doflamingo había parado de dar vueltas y ahora delante de Naomi ligeramente inclinado. Era sorprendente la altura que tenía.- No puedo consentir que mis alumnos vayan por el mal camino.

-¡Parecía que lo tenía todo calculado al milímetro! – Se quejaba Naomi a su amiga Shide.- Solo le faltaba ponerse a bailar delante de mis narices…

-Miedo me da ese profesor, a saber que castigo se le ocurre ahora – dijo Shide.- Y, pasando a otros temas más interesantes, ¿Qué tal el fin de semana en casa de Trafi?

Naomi le relato muy por encima todo lo sucedido aquellos días.

Tras escuchar toda la historia Shide se quedó pensando con los labios fruncidos.

-¿Qué piensas? – le pregunto Naomi con curiosidad.

-Pienso que la cosa va muy lenta, necesitáis un empujón, o quizás una patada para que espabiléis – dijo Shide suspirando.- Parece que os pasáis el rato jugando. En algunos momentos da la impresión de que está a punto de suceder algo y en el último segundo uno se echa atrás.

Naomi guardo silencio. Shide tenía toda la razón. Ella quería a Trafalgar, pero era incapaz de decírselo, hay tantas diferencias entre ellos…

-Venga, no te deprimas – la animo Shide.- La cosa va lenta pero segura. Te ayudare a pensar en algo.

-Gracias, Shide.

La mañana pasaba rápido y la hora de reunirse con Doflamingo se acercaba. ¿Qué le dirían sus padres si se enterasen de que se metía en tantos líos? Ahora estaban en un cambio de clase.

-Naomi – la llamo Vivi.- Shide te está llamando.

Naomi miro al grupo de alumnos de la otra clase, allí estaba Shide haciéndole señales.

-¿Qué pasa? – le pregunto tras ir a junto de ella.

-Ya sé que puedes hacer – dijo emocionada.

-¿En serio? ¿Qué se te ha ocurrido? – le pregunto Naomi expectante.

-No sé cómo me di cuenta antes, es algo un poco fuerte pero me pareció la mejor idea: los celos – dijo por fin.

-¿Celos? – Repitió Naomi confusa.- ¿Qué quieres decir?

-Según lo que me contaste de lo sucedido en el piso, parecía que Trafi se puso celoso de Kid, es una suposición por supuesto, pero siempre se puede probar.

-No es una mala idea, pero me sabría muy mal jugar así con Kid – dijo algo incómoda.

-No, no, ya había pensado en eso – le explico.- Por lo que tengo entendido te llevas bien con Kid, puedes contarle que te gusta Law, hasta se alegraría y así podrías conseguir que él también te echase una mano.

Los ojos de Naomi se fueron abriendo poco a poco.

-¿Cómo no se me había ocurrido antes? Es muy buena idea, seguro que Kid me ayudaría, aunque tengo que pensar como decírselo –. Naomi no podía parar de sonreír, quizás ahora tendría una gran oportunidad.

-Qué harías tu sin mi… - bromeo Shide.- Nos vemos y suerte en la reunión con Dofla.

Las dos últimas horas se le pasaron volando a Naomi dejando paso a su reunión con Doflamingo.

Por segunda vez consecutiva en la mañana y después de que todos sus amigos le deseasen suerte allí estaba delante de la sala de profesores.

Tras un largo y hondo suspiro abrió la puerta.

-Buenos dí…- dijo mientras abría la puerta pero en cuanto vio lo que sucedía en el aula paro callo de inmediato.

A diferencia del primer recreo ahora la sala estaba llena y Shanks discutía acaloradamente con Doflamingo.

-¡Donquixote, los motivos que tienes para este castigo son injustificados! ¡No tienes ningún derecho a castigar así a los alumnos solo porque quiere!

-Yo soy profesor, y yo sé porque castigo a mis alumnos – dijo Doflamingo en su defensa.

-Creo que en esta sala nadie está de acuerdo con lo que has hecho – dijo Shanks.

Haciendo caso omiso de Shanks y los demás profesores, Doflamingo cogió a Naomi por el brazo y la arrastro hasta el exterior de la sala.

-¡Doflamingo! – exclamaron algunos profesores antes de que cerrase la puerta.

¿Qué clase de castigo le tendría preparado?

-Vamos a mi clase – dijo guiándola por el pasillo.

Doflamingo abrió una de las clases e hizo entrar a Naomi. La clase tenía un aspecto lúgubre con todas las mesas vacías.

-Pongámonos serios – dijo Doflamingo borrando toda sonrisa de su cara.- No me ha costado mucho decidir que castigo ponerte.

Como una flor que se abre al amanecer la sonrisa de Doflamingo volvió a su rostro.

-He decidido que desde ahora hasta nuevo aviso serás mi ayudante particular.

Naomi no daba crédito a lo que estaba escuchando.

-¿Ayudante particular? – Repitió incrédula.

-Exacto, me ayudaras aquí, en el instituto, en todo lo que te pida empezando desde ya.

-¿Desde ya?

-Sí, y deja de repetir todo lo que digo, eres molesta – se quejó Doflamingo.- Vas a ayudarme a organizar esos papeles.

Doflamingo fue hasta su escritorio y saco un montón de papeles.

-Sepáralos por curso y orden alfabético – le mando dirigiéndose a la puerta.- Yo voy a salir un rato.

Dicho esto desapareció por el pasillo.

Naomi se quedó contemplando todo aquel montón de papeles. Trabajos de otros cursos e incluso exámenes.

-Habrá que ponerse a ello – murmuro.

Ya estaba terminando de ordenarlos por curso cuando se empezaron a escuchar ruidos por el pasillo. Naoimi no le dio importancia y continúo ordenando papeles, hasta que pudo reconocer las voces. Casi de forma inconsciente se agacho hasta situarse debajo del escritorio. ¿Qué hacían ellos allí? Ya había pasado un buen rato desde que habían terminado las clases, ¿acaso todo el mundo se había puesto en su contra aquel día?

Las voces iban acercándose cada vez más y más al aula en el que estaba mientras cruzaba los dedos para que pasasen de largo.

Entonces las voces cesaron. Con el miedo bien metido en el cuerpo, Naomi se asomó un poco por el escritorio para observar la puerta. Allí no había nadie. Con sumo cuidado comenzó a salir de debajo del escritorio, cuando se encontró de lleno con la cara de Sharkiss.

Soltó un grito ahogado y retrocedió rápidamente golpeándose la cabeza contra el escritorio.

-Así que aquí estabas – dijo Sharkiss estirando el brazo para cogerla de la melena.

-¡Suéltame, suéltame! – empezó a gritar Naomi forcejeando.

-¡Bellamy! Mira lo que me he encontrado aquí debajo.

Bellamy descansaba sentado sobre el escritorio.

-Tenemos cuentas pendientes – dijo riendo como una hiena.- Pena que no esté aquí tu novio, que por cierto es profesor, debería darte vergüenza zorra – dijo acercándose a Naomi que seguía forcejeando con Sharkiss para que la soltase.

-En cualquier momento va a llegar Doflamingo así que será mejor que no hagáis nada delo que os podáis arrepentir después – les dijo Naomi apretando con fuerza la mano de Sharkiss para zafarse de su agarre, pero sin éxito.

Los dos jóvenes se miraron mutuamente, como si no entendiesen de lo que les hablaba Naomi, y acto seguido rompieron a reír.

Ahora era ella la que no entendía nada.

-Mira que eres estúpida – dijo Bellamy entre risas.

-¿Qué? – Cada vez entendía menos. ¿Qué tenía de gracioso que el profesor los castigase? Podían expulsarlos.

Justa antes de que pudiese preguntarles que era tan gracioso Doflamingo entro ene l aula con una sonrisilla traviesa.

-¿Ya has hecho lo que te pedí, Naomi? – le pregunto.

Ella no contesto, ¿acaso no veía la situación en la que se encontraba?

-Si tienes tiempo de andar jugando es que ya has hecho lo que te pedí, ¿verdad? – En la voz de Doflamingo se apreciaba un cierto toque de diversión perversa.

-¡No estoy jugando! – Chillo Naomi.- Estos dos vinieron aquí a molestarme.

-¿Es eso cierto, Sharkiss, Bellamy? – les pregunto Doflamingo como si estuviese hablando con dos inocentes niños de tres años.

-No, profesor Doflamingo – dijo Bellamy.- Nosotros solo vinimos a ver si necesitaba que le echásemos una mano.

Doflamingo se quedó mirando a Naomi con expresión de decepción. Una extraña sensación de impotencia comenzaba a apoderarse del cuerpo de Naomi, se había quedado estupefacta.

-Eso no es verdad… - susurro observando a Bellamy.- ¡Está mintiendo! ¡Han venido aquí solo a molestarme! – exclamo Naomi mirando a Doflamingo.

-Naomi, Naomi, Naomi… - comenzó el profesor.- ¿A quién crees que voy a creer a los dos alumnos de mi tutoría o a una chiquilla revoltosa que se pasa las clases detrás de uno de sus profesores al igual que una sucia perra?

Tenía ganas de gritar. ¿De qué iba todo aquello? Tenía un nudo en la garganta que no la dejaba hablar, pero no era necesario hablar, lo único que quería era partirle la cara a aquella mierda de profesor. Pero no podía hacer nada, solo quedarse quieta observando con aquella desagradable sensación de impotencia.

Doflamingo se acercó a ella y le susurró al oído.

-Por tu bien no deberías acercarte a Trafalgar. ¿No te das cuenta de que no eres más que una molestia para él? Solo le causas problemas, si alguien se enterase de que has estado en su casa lo meterías en un gran problema por no decir la barbaridad de cosas que dirían sobre él. Así que aléjate de él.

Etiquetas: El Principio del Fin, Historias