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El Principio del Fin - Capitulo 16
domingo, 16 de septiembre de 2012 , 8 Comentarios
Domingo dominguero, y como ya se ha echo rutina aquí os traigo un capitulin de EPF, que lo disfrutéis ~

Capitulo 16: De todo lo malo sale algo bueno

Naomi estaba tirada en el suelo boca abajo. Sobre la espalda tenía a un chico que la sujetaba firmemente y delante de ella, sujetándole la mandíbula con fuerza, se encontraba Alvida, la cabecilla de aquel grupo y la que la había metido en aquella trampa.
-Quizás podríamos hacerte una bonita cirugía… a golpes- insinuó Alvida con una sonrisa perversa.
Naomi intentó quitarse de encima al chico, pero fue inútil. Quería gritar para que alguien la oyese y fuese a ayudarla, pero antes de que nadie la oyese Alvida y sus secuaces ya le habrían dado la paliza de su vida.
-¿Cómo hago siempre para meterme en semejantes líos?-pensó recordando la vez anterior cuando Trafalgar y Kid aparecieron para rescatarla a ella y a Shide de Bellamy y Sharquiss. En aquella ocasión fue un milagro que las encontraran, así que ahora en el instituto seria todavía más fácil que la ayudasen.
-Creo que te voy a hacer pagar de una vez todo lo que me has hecho hasta ahora, mosquita muerta- dijo Alvida soltando la mandíbula de Naomi tan bruscamente que se la estrello contra el suelo.
Alvida no estaba igual que siempre, se notaba que esta vez iba en serio y eso era lo que más miedo le daba a Naomi. La morena le hizo un gesto al chico que estaba sobre Naomi, este le dio la vuelta dejándola boca arriba. Alvida le puso el pie sobre las costillas a Naomi. Rápidamente, aprovechando que ya no tenía a nadie sujetándola, Naomi le cogió el pie a la morena con ambas manos, pero antes de que pudiera hacer nada Alvida calco todo su peso sobre el pie que tenia sobre el pecho de Naomi haciéndola abrir la boca y los ojos mucho echando la cabeza hacia atrás. Naomi encorvo todo el cuerpo por donde Alvida le había pisado, era un dolor muy intenso. Pero no grito en ningún momento, haciendo aumentar el cabreo de Alvida la cual volvió a pisarla.



-¡Venga, llora niñata!- exclamo Alvida dándole repetidas pisotadas a Naomi.-¡Llama a tu mamá! Déjame humillarte un poco.
Naomi se mordió el labio inferior con mucha fuerza hasta que noto en la boca un sabor a hierro. No iba a gritar, no le iba a dar semejante satisfacción a Alvida.
Los chicos que estaban con Alvida observaban la escena entre risas.
Le dolía muchísimo el pecho y poco a poco se le iba extendiendo el dolor por todo el cuerpo.
-¡Me desesperas, estúpida!-exclamo Alvida dándole una patada en el estomago a Naomi haciéndola encorvarse hasta formar un ovillo en el suelo.
-Q-que te jodan Alvida…-dijo Naomi escupiendo.
El cabreo de la morena se le dibujo en la cara.
-¡Vosotros!- llamo a los chicos que seguían riéndose. Alvida esbozo una sonrisa y añadió-: Romperle las piernas.
Naomi intento levantarse, tenía que salir de allí, aquello ya no era una simple jugarreta, aquello era una venganza que podía acabar muy mal y nadie iba a ir a rescatarla, aquello no era un cuento, tenía que conseguir huir de allí ella misma.
Se levanto como pudo con unas punzadas de dolor que le provocaban nauseas. Apoyo una mano en el muro para conseguir mantener el equilibrio. Con una mano sujetándose las costillas y otra apoyada en la pared trato de salir de allí, pero antes de poder dar ni un paso alguien la cogió por el pelo haciéndola caer de espaldas al suelo.
-¿A dónde crees que vas?- le dijo uno de los chicos de cuclillas sujetándole la melena.- El juego no ha hecho más que empezar, y ahora es mi turno de divertirme.
Naomi cerró con fuerza su mano izquierda. Respiro hondo un par de veces y le pego un puñetazo con todas sus fuerzas a aquel tipo en la cara que dio un grito de dolor
-¡Joder! ¡Me ha roto la nariz!- exclamo con las dos manos en la cara.- Serás Zorra- dijo cogiendo a Naomi por el cuello. De la nariz le salió un pequeño hilo de sangre rojo carmesí.
Como si fuese una pluma el chico colgó a Naomi por el cuello con ambas manos y la estampo contra el muro.
Ella intentó hacer que la soltase arañándole las manos y dándole débiles patadas. Le faltaba el aire y cada vez la presión del cuello iba en aumento. La vista se le fue nublando hasta que los brazos se le cayeron a ambos lados del cuerpo.
-¡Tío! Que te la cargas- dijo uno de los que estaban allí.
-No pienso dejar que se desmaye- dijo Alvida.
De repente Naomi noto como le tiraban agua helada encima. Abrió los ojos de golpe cogiendo grandes bocanadas de aire. Alvida estaba delante de ella con un cubo y por el suelo había cubitos de hielo.
Alvida se acerco a la cara de Naomi.
-No voy a dejar que te desmayes- le dijo en un susurro.
Naomi echo la cabeza hacia atrás para separase de la de Alvida y rápidamente la volvió a echar hacia delante para darle un cabezazo a la morena lo más fuerte que pudo. Esta dio un grito y se llevo una mano a la cabeza mientras retrocedía unos pasos. Indignada cogió el cubo de agua ahora vacío y golpeo a Naomi con él en la cara haciéndola caer al suelo. Naomi se quedo tendida en el suelo con el brazo derecho sobre las costillas y el izquierdo extendido en el suelo. Veía borroso y le dolía todo el cuerpo, lo único que quería era que aquella tortura acabase pronto.
Estaba temblando por el agua helada y el clima frío de octubre no ayudaba mucho. Alvida se acerco a ella riendo y con todas sus fuerzas le piso la muñeca izquierda retorciéndosela.
Naomi estaba medio inconsciente y no era consciente de lo que hacía ni escuchaba lo que pasaba a su alrededor, pero sí que pudo escuchar una risotada de satisfacción proveniente de Alvida. Al final había gritado, pero pese a todo no derramo ni una lágrima.
Con orgullo y entre risas Alvida y los otros se fueron dejando a Naomi allí tirada.
Cerró los ojos y espero.

Una vez considero que ya deberían estar lo bastante lejos se levanto despacio, pero perdió el equilibrio y cayó de rodillas al suelo.
-Mierda…- mascullo.
Lo volvió a intentar, pero esta vez usando el muro como punto de apoyo. Cuando consiguió ponerse en pie se quedo un rato quieta tratando de recuperar un poco el equilibrio. Aprovecho ese tiempo para hacer un recuento de las heridas y comprobar si eran graves:
Tenía unas nauseas tremendas, el pecho le dolía a horrores, por la cara le caía una pequeña línea de sangre carmesí, la cabeza le daba vueltas, tenía la mandíbula desencajada, el mentón reventado y la nariz algo torcida chorreando sangre, tenía todo el cuerpo entumecido por el frío y la muñeca izquierda hinchada y de un tono morado, posiblemente dislocada.
Por suerte las piernas las tenía bien, era lo único que se había salvado. De todas las heridas que tenía había una que podía solucionar fácilmente. Naomi puso sus dos manos sobre la nariz, respiro hondo un par de veces y de un movimiento rápido la volvió a encajar en su sitio. Por lo menos así la nariz le dejaría de sangrar si lo había hecho bien.
Con la manga de la chaqueta se limpio la sangre de la cara, pero lo único que consiguió fue restregarla aun más. Debía de tener un aspecto lamentable. Naomi echo un pequeño vistazo a la escena del crimen. El suelo estaba cubierto de pequeñas manchas de sangre desperdigadas al azar, agua y cubitos de hielo que no conseguían derretirse debido al frío que hacía, entonces vio su mochila tirada en el suelo. Ayudándose del muro fue lentamente hasta ella, nada más llegar a la altura de su mochila se dejo caer al suelo de rodillas, la abrió rápidamente y comprobó que no le había pasado nada a la bufanda de Trafalgar. Por suerte su mochila estaba lo bastante lejos para que no le hubiese llegado el agua, ni para que Alvida la hubiese visto.
Como pudo, Naomi se colgó la mochila a los hombros y agradeció que ese día no llevase tantos libros. Sin querer mientras se colocaba la mochila rozo la muñeca dislocada y tuvo que taparse la boca para ahogar un grito.
Sabía perfectamente que no iba a llegar muy lejos en aquel estado y menos a su casa, pero no se podría quedar en el instituto, si la encontraban los profesores le harían preguntas y lo último que quería era que le hiciesen un interrogatorio.
Naomi consiguió salir del instituto sin cruzarse con nadie, pero ahora venia lo peor. Para sorpresa de Naomi la calle estaba completamente vacía. A esa hora la gente estaría comiendo. Aprovechando el momento acelero el paso y fue hasta un callejón, sería mejor ir por zonas donde no solía pasar mucha gente.
Así siguió, caminando por callejones unos diez minutos, pero en aquel estado no podía avanzar tanto como le gustaría. Al final no aguanto y termino desplomándose por el peso de la mochila, pensó en seguir avanzando arrastrándose, pero aquello habría sido penoso. Cuando se quiso dar cuenta todo lo que veía era blanco, entonces se dio cuenta de que no había pensado en una cosa, quizás había perdido más sangre de lo que pensaba aparte de que hacía bastante frío, estaba empapada y no había comido nada en toda la mañana. Agotada, desistió, dejo escapar sus últimas energías y se desmayo sobre el asfalto de la calle.

-¿Qué…?- pensó Naomi volviendo un poco en si al notar que alguien la estaba llevando. Era una sensación muy agradable, ya no estaba contra el frío asfalto, ahora se encontraba sobre la cálida espalda de alguien, con las pocas fuerzas que tenia se agarraba a la camiseta de aquella persona. Sobre los hombros tenía una chaqueta negra. Le olía algo familiar, aunque no podría decirlo con exactitud ya que lo que más olía era la sangre seca que tenía en la cara. Antes de volver a dormirse hecho una mirada al cielo que estaba de un tono anaranjado indicando el atardecer, había permanecido inconsciente mucho tiempo.

Poco a poco Naomi fue abriendo los ojos. Estaba tumbada sobre una cama bastante grande, como de matrimonio. En cuanto fue recuperando la vista se asusto ya que estaba completamente oscuro y no sabía dónde se encontraba. Aquello no era un hospital, eso seguro ya que no olía a antiséptico y normalmente en un hospital no te dejan completamente a oscuras. Poco a poco la vista se le fue acostumbrando a la oscuridad y pudo ver un poco donde estaba. Era una habitación grande, a un lado de la cama había una ventana, por ella se colaban unos débiles rayos de luz. Era de noche. Aquella habitación estaba bastante ordenada. Naomi intento sentarse sobre la cama, pero le dio una punzada de dolor. Muy despacio, y con algunos inconvenientes, se enderezó sobre la cama. Tenía la muñeca vendada y ya no le dolía tanto. Entonces se fijo en la ropa que llevaba puesta. No era la que había llevado al instituto. Llevaba una camiseta negra que le quedaba bastante grande con unos pantalones piratas de pijama.
Una vez sus ojos se acostumbraron a la poca luz y consiguió despertarse completamente comprobó como tenia las heridas. Tenía la muñeca vendada, en la cabeza también tenía una venda y una tirita en el mentón, despacio se levanto la camiseta y comprobó que también tenía un vendaje en la zona de las costillas. Despacio se bajo la camiseta y apoyo la mano derecha sobre el colchón, choco contra algo, su móvil. Lo miro, trago saliva y lo cogió.
-Debo de tener un montón de llamadas perdidas…
Y así era, nada más ver el móvil comprobó que tenía 6 llamadas perdidas, todas de su madre y un mensaje. Extrañada abrió el mensaje y comenzó a leerlo en silencio.
"¡Eso se avisa antes! Bueno hija, te queríamos decir que tu padre y yo nos tuvimos que irnos por un viaje de negocios, no llegaremos hasta el sábado, tienes comida en la nevera. Un beso, mamá."
Eso era la respuesta a otro mensaje. Rápidamente vio en la bandeja de enviados. Había un mensaje que se había enviado a las nueve. Confusa Naomi lo abrió.
" Lo siento mamá, tenía el móvil en silencio y no vi las llamadas.
He ido con unas amigas a comer fuera, y quizás me quede a dormir en casa de alguna de ellas."
Alguien les había enviado un mensaje a sus padres desde su móvil. En cierto modo estaba aliviada de que sus padres no supiesen que le había pasado, pero tenía algo de miedo ya que no sabía dónde estaba y aquello era muy sospechoso.
Ahora que sus ojos ya estaban completamente acostumbrados a la oscuridad aprovecho para ver mejor donde se encontraba.
Era una habitación bastante grande, aunque no tanto como le había parecido al principio, el color de las paredes no lo podía ver con claridad, aunque parecían de un tono oscuro, al lado izquierdo de la cama había una mesita de noche con una lámpara y un despertador, Justo en frente de la cama había una silla con ropa colgada del respaldo, al lado de esta había una estantería repleta de libros, a la izquierda de la silla había un escritorio con un montón de papeles bien ordenados y un portátil cerrado. A mano derecha de Naomi estaba la puerta de la habitación. Cada vez estaba más confusa.
-¿Dónde…estaré?- se pregunto Naomi. Estaba a punto de levantarse de la cama cuando la puerta se abrió asustándole.
Por culpa de la luz que le daba en la espalda no se podía diferenciar quien era ya que le quedaba la cara en penumbra. Naomi entorno los ojos, los tenía acostumbrados a la oscuridad.
-¡Eh, doctor! ¡La paciente ya despertó!- exclamo el chico que acababa de abrir la puerta. Naomi reconoció la voz de inmediato y eso le proporciono un alivio inmenso.
El chico entro en la habitación y encendió la luz.
-¿Qué tal estas?- le pregunto a Naomi sentándose a los pies de la cama.
-Bueno, podría estar mejor – contesto esbozando una sonrisa algo forzada.- ¿Es esta tu casa Kid?
-Sí, pero eso es lo de menos, ¿se puede saber que te paso?- Quiso saber el pelirrojo.
-No es nada…-Le quito importancia apartando la vista.- Gracias por mandarles el mensaje a mis padres.
-No me cambien de tema – le espeto Kid muy serio.- Llegaste aquí hecha polvo, ¿Qué paso?
Naomi apretó los labios esperando que el pelirrojo se fuese como si nada, pero no lo hizo. Respiro hondo y se preparo para contestar.
-Es una historia muy larga – dijo soltando todo el aire de golpe. No quería decir que le había pasado, ni quien se lo había hecho.- ¿Fuiste tú quien me trajo? – Volvió a intentar cambiar de tema.
-No –dijo el pelirrojo resoplando. Sabía que por mucho que insistiese Naomi no le iba a decir que le había pasado.- Cuando llegaste me asuste mucho, estabas cubierta de sangre y tenias cardenales por todo el cuerpo…Era terrible verte- dijo frotándose la nuca.-Quien te trajo... fue Trafalgar.
 Al final a la pobre Nao si que le dieron una paliza, pero Trafalgar fue quien la encontró! xDD

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